Sé que sabés nadar.
Aún no sé cuál es tu
estilo,
pero que nadas es seguro.
Me puedo dar cuenta
por cómo te paras en el
cordón de la vereda:
Los pies juntos, la mirada
en el horizonte,
el cuerpo erguido y la
respiración calma.
Imagino que debe ser así:
Tu especialidad es las
tazas de té
(en té blanco).
Una habilidad especial
para hacer equilibrio en
el borde.
Cerras los ojos,
y tu cuerpo es un pez
muy hábil que se funde
con el líquido,
de modo que nadie sabe
cuándo entras en la
infusión.
Es maravilloso ver las
burbujas ocre
que vas dejando cuando aún
estas sumergida.
Y cuando emerges,
respiro satisfecho al
verte.
Ahí: mariposa, espalda,
libélula, torso, perrito,
salmón rosado,
anguila, pasionaria...
...llegas al otro borde,
giro, patada a la pared
y de nuevo...
...pecho, avispa, bote,
río, cascada, tronquito,
inmersión,
planchita, flechita, rol y
crol..
Llegas al borde inicial.
Se cierran las branquias
que se te abrieron para la
ocasión.
Te sacudís graciosa,
pero el cuerpo te queda
teñido
por las hebras del blanco
té.
Estas parada nuevamente
en el borde de la taza,
mirás a todos lados
satisfecha
y luego te bajas,
secándote el pelo
despacio.
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